El Espíritu Santo nos da la fuerza para vivir cada día, nos ayuda a
aumentar nuestra fe, nos alimenta para que seamos capaces de salir de la
oscuridad, tener nuestras mentes abiertas para dejar que Dios vaya
actuando en nosotros y en nuestras comunidades para que cada día seamos
capaces de ser coherentes con la Palabra de Dios. El Espíritu nos ilumina los caminos, nos consuela y llena nuestros
corazones de infinito amor para compartir con los hermanos más
desfavorecidos.
Acabamos nuestra oración:
Padre Nuestro...
San Marcelino Champagnat.
Mare de Déu de la Salut.