martes, 17 de diciembre de 2013

Marcelino deja su colchón para que duerma un pobre

En una de las visitas a sus parroquianos, Marcelino se encontró con un enfermo lleno de úlceras. Cubierto de trapos, estaba echado en un pobre catre. Corrió hasta su casa y ordenó al hermano administrador que le llevara un colchón, sábanas y mantas. El hermano le informó:
- No hay ni un solo colchón libre.
- ¡Cómo! ¿Ni uno? –insistió Marcelino.
- El último lo di hace unos días.
Marcelino no se lo pensó dos veces.
- Vaya corriendo a buscar mi cama y llévesela ahora a mismo a aquel enfermo.
Y así lo hizo el hermano, y Marcelino se quedó durante unos días sin colchón donde dormir.
Pensemos 
Amar puede comportar sufrir incomodidades. De hecho, como más egoísta se es, más tranquilo se está sin que nadie moleste.
o Piensa en una situación que te haya creado incomodidad por haber actuado en bien del otro.
o Y ahora al revés, alguna situación en la que alguien haya tenido que sacrificarse por tu bien.
o ¿Cómo puedes aplicar este ejemplo de Marcelino en tu vida esta Navidad?